Resumen:
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En esta revisión histórica trataremos de recordar a grandes maestros de la medicina, quienes eran personas íntegras, capacitadas y cultas. Tuvieron la sabiduría de trasmitir su saber y experiencia a muchos de sus discípulos, algunos que incluso continuaron y desarrollaron su obra. Enfatizamos la importancia del padre de la medicina, Hipócrates; el padre de la epidemiologia, a John Snow y su aporte al conocimiento y control del cólera mediante la observación científica; al Dr. Ignor Semelweiss, y su descubrimiento de que la sepsis puerperal era causado por la contaminación de las manos del personal de salud; a los dos padres de la bacteriología moderna: Louis Pasteur y Roberto Koch, y sus numerosos discípulos como el Dr. Eberth, descubridor del agente de la fiebre tifoidea, Loeffler (difteria), Pfeiffer (influenza) y Kitasato (tétanos), en el caso de Koch, y el Dr. Demule Roux, para Pasteur. También hablamos de Sigmund Freud y sus discípulos quienes aportaron y disidieron de sus ideas; del aporte de los doctores Charles Laveran, Patrick Manson y Ronald Ross en el conocimiento de la malaria. En Sudamérica, recordamos al Dr. Oswaldo Cruz, quien en los inicios del siglo 20 combatió las plagas, y su discípulo el Dr. Carlos Chagas, descubridor del mal de Chagas. En el Perú existen numerosos casos notables de maestro y alumno, uno de ellos es el Dr. Hugo Pesce, quien siendo tropicalista y humanista supo trasmitir sus conocimientos a alumnos como el Dr. Hugo Lumbreras, gran maestro de la medicina tropical en el Perú.
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