Resumen:
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El “sentir femenino” proporciona la posibilidad de nuevos modos de relacionarnos, cualitativamente diferentes a los transitados hasta ahora. También ofrece la posibilidad de vivenciar y experimentar una moralidad que se alimente de renovados valores basados en la igualdad y la cooperación, pero, sobre todo, en la generosidad y la justicia. El aporte de este texto se fundamenta en la necesidad de ubicar la sostenibilidad de la vida en el centro de las prioridades económicas, sociales, culturales y, por tanto, educativas. La calidad de vida y la justicia social son realidades por conquistar, a distribuir equitativamente. Para ello, se necesita que, desde todos los foros influyentes, se construya una ética educativa, justa y dialógica, imprescindible para rescatar “lo femenino”. Encontramos en el ecofeminismo una acción política y crítica que toma partido y busca entender las raíces interconectadas de toda dominación
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