Resumen:
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Estudiar las mediaciones de la comunicación y las experiencias colectivas es relevante para configurar la memoria cultural, la construcción de identidades, las formas de ciudadanía y la generación de saberes, que se dan en el contexto regional. Por esta razón, el presente capítulo centra su interés en el abordaje de la comunicación desde dos coordenadas organizadoras de la problemática: una primera línea comprende la comunicación de forma transversal, es decir, en la objetivación del proceso de producción, circulación y consumo de mensajes que gestionan el sentido colectivo (Hall, 1998), teniendo en cuenta sus condicionantes económicos, sociales, políticos y tecnológicos. En segunda instancia, una perspectiva longitudinal que observa cómo el sentido se produce en prácticas y formas narrativas que configuran la experiencia humana (Ricoeur, 2000). No sobra decir que el interés no atañe, solamente, a la descripción de estas dos coordenadas en las que discurre la comunicación, sino que interesa detectar sus intersecciones, que es donde se descubre la hondura de las relaciones entre la comunicación y la cultura.
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