Resumen:
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Las patologías del segmento posterior del ojo tienen consecuencias devastadoras en la visión y afectan a un gran número de personas en todo el mundo. Algunas cursan con inflamación, como la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), la retinopatía diabética (RD), el edema macular diabético (EMD), el glaucoma y la uveítis, entre otras. La vía de administración tópica es la más utilizada para el tratamiento las patologías oftálmicas. Sin embargo, la dificultad de acceso de la sustancia al interior del globo ocular unido a la rapidez con la que los mecanismos de defensa del ojo eliminan la formulación administrada, hacen que se acuda al empleo de otras vías de administración, como la vía intraocular. A pesar de sus ventajas, las inyecciones intraoculares no están exentas de efectos adversos, y su principal inconveniente es que una única administración en bolus de la sustancia activa no es suficiente para el tratamiento. Por esta razón, desde hace algunos años se desarrollan sistemas intraoculares de liberación controlada de fármacos, capaces de mantener concentraciones de la sustancia activa en el lugar de acción durante periodos de tiempo prolongados. Gracias a estos dispositivos se puede reducir el número de inyecciones y, en consecuencia, los efectos adversos asociados.
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