Resumen:
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Perú registra uno de los mayores niveles de actividad de cooperación no gubernamental española, determinado por el número de ONGD que trabajan en el país, por el volumen de recursos económicos movilizados, por el porcentaje de ayuda oficial al desarrollo (AOD) canalizado y por la cantidad de administraciones públicas que financian proyectos de desarrollo. Sin embargo, la cooperación no gubernamental española en Perú acusa una serie de restricciones institucionales y organizativas que impiden la obtención de resultados acordes al nivel de inversión, que reducen el impacto de las intervenciones, promueven la canalización de los intereses de los donantes frente a las necesidades de los receptores, inhiben el aprendizaje organizativo e inciden en la desarticulación del tejido social peruano. Estas restricciones son impuestas por los principales determinantes de la cadena de la ayuda: el sistema de financiación, el sistema de rendición de cuentas, la capacidad de gestión de los diferentes actores y su articulación con la realidad local peruana. Como resultado, dichas restricciones dificultan el desarrollo de una planificación estratégica, basada en los principios de armonización, alineación, apropiación, orientación a resultados y mutua responsabilidad, por parte del colectivo de actores implicados y, con ello, el ejercicio de una ayuda más eficaz.
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