Resumen:
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Esta tesis doctoral supone, en primer lugar, una revisión histórica sobre el papel que ha jugado el trabajo en el proceso de construcción de una pauta social que hoy, supuestamente, estaría en vías de extinción debido a las profundas transformaciones experimentadas durante las últimas décadas en el ámbito laboral. Así, durante la Modernidad, el trabajo ocupó el lugar central como vertebrador del orden social y, correspondientemente, el sujeto trabajador (un tipo concreto de trabajador) se constituyó como figura de referencia a todos los niveles. Se configuraron, entonces, las denominadas “sociedades salariales”, actuando el trabajo (en su variante de empleo) como eje en torno al cual se organizó y desarrolló una auténtica “ciudadanía laboral”, que tuvo en el auge de los Estados del Bienestar de la época de posguerra su momento álgido (pauta fordista-keynesiana). En la posmodernidad, por el contrario, el trabajo habría sufrido un progresivo proceso de “descentramiento”, que va paralelo a las modificaciones introducidas por el desarrollo de una nueva era del capitalismo, global e informacional, que hace de la flexibilidad, bajo todas sus formas, su dogma. Para adaptarse a un novedoso contexto competitivo (auge tecnológico, posibilidades de deslocalización y subcontratación, tendencia a la terciarización, etc.), se implementan toda una serie de medidas orientadas a la “flexibilización” del mercado de trabajo, que socavan las bases de los principios rectores de aquellas sociedades “laborales”. Se da, por lo tanto, un intenso proceso de cambio en los modos de producción, uno de cuyos efectos es el surgimiento de nuevas figuras laborales, que presentan, en comparación con el obrero estándar de la pauta fordista, otro tipo de relaciones con respecto al trabajo. La creciente generalización de estos nuevos tipos de trabajador, que normaliza condiciones en otro momento consideradas “atípicas”, favorece la proliferación de nuevas formas de construcción identitaria, que tienen en la “precariedad” su rasgo más destacado. Todas estas dinámicas de transformación tendrán un efecto especialmente intenso entre aquellos sujetos que, como los jóvenes, ocupasen una posición de partida relativamente inestable con respecto al mercado de trabajo, por hallarse fuera de él (o por no estar todavía firmemente integrados en el mismo) en el momento en que las tendencias de crisis se habrían agudizado, especialmente, como defenderemos, a partir de 2008...
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