Resumen:
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La relación de las actividades de caza con la diversidad biológica es enorme, por ello la gestión y planificación de las mismas, así como su desarrollo racional y ordenado, es indispensable para garantizar la sostenibilidad y el equilibrio del patrimonio cinegético. Los principales problemas que se encuentran en esta actividad y que afectan a la fauna silvestre, son el furtivismo; mal uso de cerramientos cinegéticos; incorrecta gestión del terreno cinegético; la introducción de especies exóticas y asilvestradas; y el uso de venenos, lazos, cepos y otros métodos no selectivos. Asimismo, la caza es una actividad con repercusiones en la naturaleza, no solo sobre su fauna, sino también sobre muchos otros elementos que integran el medio ambiente: la flora, el territorio o la riqueza paisajista, todos ellos merecedores de una adecuada protección. De acuerdo con su naturaleza todos ellos integran el patrimonio natural que se debe conservar y mejorar para transmitirlo a las generaciones futuras, por lo que se debe buscar siempre el desarrollo sostenible en la regulación y gestión de esta actividad como recurso. La riqueza cinegética y el hábitat en el que se desarrolla la caza es patrimonio de todos, por ello esta actividad debe ser gestionada por la Administración de forma racional y ordenada, buscando asimismo las condiciones necesarias para el mantenimiento y conservación del patrimonio cinegético...
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