Resumen:
|
Esta tesis se centra en la indagación del cuerpo libertino que expone Sade en sus obras mediante las cuales describe el orden vigente de la época de la revolución Francesa. El legado que nos deja es el cuerpo despojado de subjetividad, troceado en partes y dividido según sus funciones. Desprovisto de sufrimiento mediante la retirada de sus deberes y derechos con respecto al resto de la comunidad, es un cuerpo carente de voz y de rostro. Exactamente igual que el cuerpo que se exhibe hoy en día en la industria pornográfica, que apenas sirve como soporte material para acumular en él los placeres de los sujetos libertinos destinados al goce, ese goce que pesa hasta nuestros días sobre el sujeto como si de un imperativo categórico se tratara. Sobre el cuerpo que se exhibe me iluminó la enseñanza de Lacan acerca de la pulsión escópica, como aquella que interviene en la sociedad del consumo conspicuo. Lectura que me llevó a la perversión cuando el sexo y el cuerpo comienzan a tener sentido en sí mismos y a perderse en el exhibicionismo y voyeurismo. Ambos mecanismos precisan del otro para construirse, mediante la mirada que les es devuelta. Esta fase corresponde a la llamada del espejo por Lacan y es el momento en el que el otro, como sujeto que desea, aún no ha entrado en la escena para el sujeto. Gracias a la pulsión escópica se entiende también la constatación de la diferencia de los sexos, que acompaña al sujeto a lo largo de todo su desarrollo sexual y actualmente sigue vigente en el mundo dominado por las imágenes y las relaciones sociales mediadas por lo visual. Tras esta aproximación al psicoanálisis y la obra de Sade, se fue concretando mi idea de un cuerpo diseñado desde las orgías que este último describe, como representativas de los valores de la sociedad de su época, y como lo desvelan posteriormente Freud y Lacan, según los cuales el cuerpo es sexuado, fragmentado y sometido desde su inicio a la represión por la que aparece todo el sufrimiento que Freud encuentra en su praxis clínica...
|