Resumen:
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La puesta en marcha de la Unión Económica y Monetaria ha supuesto un cambio importante en las condiciones del entorno genérico tomado por las empresas a la hora de elaborar sus planes estratégicos. El actual período de transición hasta la circulación del euro en el 2002 constituye un plazo idóneo, no sólo para la adaptación de las empresas de la Unión a los aspectos operativos de la moneda única, sino también para la reformulación de las estrategias de crecimiento de las empresas tanto europeas como del resto del mundo. Con la moneda única, el mercado europeo pasa de ser un área con precios segmentados, distorsionados por el velo del tipo de cambio, a constituir una zona comercial sin barreras arancelarias, ni técnicas, ni monetarias, lo que redunda en menores costes de transacción y mayor transparencia.
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