Resumen:
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Desde que se descubrió el principal componente psicoactivo de la planta Cannabis sativa (?9-THC) y sus efectos farmacológicos sobre el organismo, se investigó la posible existencia de los receptores sobre los que podría actuar esta molécula, así como la de sus ligandos endógenos cannabimiméticos y la maquinaria enzimática responsable de la síntesis y degradación de eCBs. Al conjunto de estos elementos se le denominó SCE. En la actualidad se conocen dos receptores cannabinoides, ambos de la familia de GPCRs, denominados CB1 y CB2, cuya homología es del 44%, la cual asciende al 68% si se atiende a los segmentos transmembrana. El primero se localiza fundamentalmente en SNC, aunque también se ha observado su presencia en varios órganos periféricos; mientras que la distribución del segundo se ha considerado clásicamente periférica, principalmente en células del sistema inmune, aunque también se ha observado su presencia en distintos tipos de células del SNC, especialmente en células gliales activadas. Los efectos psicoactivos provocados por los cannabinoides, se deben a la activación del receptor CB1, al estar ubicado en neuronas de determinadas áreas del cerebro relacionadas con procesos cognitivos y emocionales. Existen además, nuevas dianas para los cannabinoides como el receptor ionotrópico TRPV1, los receptores nucleares PPAR y otros receptores metabotrópicos, sobre los que aún existe controversia sobre su ligando endógeno, como los receptores GPR55 o GPR18. En cuanto a las moléculas con capacidad para activar los receptores cannabinoides, se encuentran los fitocannabinoides (cannabinoides presentes en la planta), los eCBs (moléculas endógenas de origen animal) y cannabinoides de nueva síntesis, que se han desarrollado para mejorar las propiedades de los cannabinoides naturales y ser utilizados como terapia o como herramienta en el laboratorio. Los principales eCBs son la AEA y el 2-AG, ambos derivados del AA, los cuales se comportan como agonistas de los receptores CB1 y CB2. También se conocen más moléculas cannabimiméticas endógenas que tienen capacidad de activar los receptores, o bien de potenciar la señalización endocannabinoide, impidiendo la degradación de los principales eCBs. Se han estudiado los mecanismos de síntesis y degradación fundamentalmente de la AEA y el 2-AG, los cuales son sintetizados a demanda y degradados tras su acción. En cuanto a la AEA, su síntesis es fundamentalmente llevada a cabo por la acción consecutiva de dos enzimas dependientes de calcio: la NAT y la NAPE-PLD, aunque existen otras rutas alternativas, y su degradación tiene lugar principalmente por la acción de una serín-hidrolasa llamada FAAH. En cuanto al 2-AG, su síntesis es llevada a cabo a partir de DAG mediante la acción de una DAGL, aunque al igual que para la AEA, también hay otras rutas alternativas para su síntesis, y su degradación tiene lugar por la acción de la enzima MAGL, aunque existen otras con capacidad semejante. Aunque no se consideran mecanismos de degradación por la cantidad de metabolitos secundarios que se originan, los eCBs también pueden ser sometidos a rutas de metabolismo oxidativo, originando EETs y HETEs por la acción de LOXs y COXs, respectivamente...
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