Resumen:
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La Sierra de Guadarrama guarda riquezas geológicas, geomorfológicas, hidrológicas, forestales, de fauna y de paisaje en general, que la hacen merecedora de pertenecer a la Red de Parques Nacionales de España desde 2013. Sus senderos, vías pecuarias, bosques, praderas y roquedos han sido transitados, desde hace más de siglo y medio, por un público cada vez más sensibilizado y cautivado por su rico patrimonio. Presta también unos impagables servicios ecosistémicos y de bienestar a la ciudadanía. Este artículo se detiene en el agua de sus ríos y en el agua subterránea que da lugar a sus manantiales. La red fluvial obedece a tres diferentes tipos de regímenes: pluvio-nival, pluvial y nivopluvial, y de morfología de los ríos: Moros, Eresma, Pirón, Cega, Guadarrama, Manzanares, Guadalix, y Lozoya. El artículo identifica hasta nueve posibles orígenes de los manantiales de la sierra vinculados a coluviones, fallas, diques, aluviales y terrazas, procesos glaciales, etc. El conjunto de recursos hídricos constituye un rico patrimonio hidráulico y arquitectónico (viaductos, puentes, molinos, azudes, batanes, pozos de nieve…) y de usos y costumbres como lo fue en su día las maderadas en el valle de Valsaín. Todo ello confiere a la Sierra de Guadarrama valores notables que requieren ser protegidos y dotarles así de una garantía de sostenibilidad ambiental que pasa por la formación y sensibilización de la ciudadanía.
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