Resumen:
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El objetivo de este artículo es revisar los trastornos depresivos y los trastornos de ansiedad distintos al trastorno de estrés postraumático (TEPT) tras atentados terroristas. Para ello, se realizaron búsquedas en PsycInfo y Medline, y se consultaron las bibliografías de capítulos de libros y artículos de revisión relevantes. Los resultados sugieren que tras un atentado terrorista un porcentaje importante de las víctimas directas (7-34%) desarrollará depresión mayor, trastorno por pánico, agorafobia, o trastorno de ansiedad generalizada, mientras que el número de víctimas indirectas que desarrollarán esos trastornos será menor (2-11% de la población general afectada; 1-9% del personal de emergencias, rescate y asistencia), pero aun así por encima de la prevalencia habitual de dichos trastornos en la población general antes de los atentados. Al año, las repercusiones psicopatológicas de los atentados habrán disminuido considerablemente en la población general afectada y en el personal de emergencias-rescate, pero no en los heridos por los atentados ni en los familiares y allegados de los heridos o fallecidos. En conclusión, la mayoría de las personas afectadas por el terrorismo no desarrollarán trastornos depresivos ni trastornos de ansiedad distintos del TEPT y conseguirán recuperarse normalmente, pero un porcentaje importante tanto de víctimas directas como indirectas necesitarán atención psicológica a corto, medio y largo plazo, por la presencia de depresión mayor, trastorno por pánico, agorafobia o trastorno de ansiedad generalizada.
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