Resumen:
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El fenómeno de la depresión constituye una problemática escasamente tratada por parte de las investigaciones etnográficas, y de las ciencias sociales en general. Como veremos a continuación, pocos son los estudios que se acercan a los propios sujetos con el fin de comprender la manera en que se vivencia esta enfermedad y los procesos que hay detrás de ella por medio de estudios empíricos. En el caso concreto de la antropología, ello se debe en parte a su propio desarrollo como disciplina, en este caso, al desarrollo de la antropología médica, donde determinados objetos de estudios, tales como las llamadas enfermedades biomédicas se mantenían fuera de su alcance. En cuanto a la depresión, han sido las ciencias de la salud y la psicología la que se han encargado de la mayoría de los estudios. En la actualidad se constata un aumento tanto del diagnóstico de la depresión, como de la venta de antidepresivos y ansiolíticos, a raíz de lo cual nos encontramos con diferentes estudios marcadamente críticos que relacionan estos hechos con los nuevos modelos de atención en psiquiatría (biomedicalización de la depresión) y esto a su vez con el desarrollo de la industria farmacéutica y la revolución farmacológica. Sin embargo, apenas se ha tomado en consideración la perspectiva de los propios individuos que viven en si mismos estos y otros procesos. Asimismo aparecen nuevos discursos procedentes de diferentes instituciones y organismos sanitarios, como el ministerio de sanidad o la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) que se pronuncian sobre la depresión considerándola un auténtico problema de salud pública. Lo que aquí nos proponemos investigar, por medio de técnicas etnográficas, es la manera en que estos fenómenos acerca de la problemática de la depresión y el consumo de antidepresivos, cobran realidad en el individuo, en su manera de experimentar el sufrimiento, el dolor y la enfermedad.
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