Resumen:
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El incremento de la población mundial junto a la mejora de los medios de vida de los países en vías de desarrollo está causando un aumento de la presión sobre los recursos naturales del planeta. Esta situación ha propiciado que los gobiernos, el mundo académico y la industria hagan una búsqueda activa de nuevas fuentes de suministro que permitan el sostenimiento de la población y el desarrollo de la calidad de vida de la sociedad. A esta tendencia hay que añadir el creciente compromiso social por la conservación del medioambiente y el desarrollo sostenible. Se plantea pues, una coyuntura en la que coexisten una realidad demográfica y unos intereses sociales que son, a primera vista, contrapuestos. En este escenario, la producción sostenible de biomasa de microalgas se ha valorado como una opción atractiva para contribuir a resolver estos retos. La biomasa de microalgas como fuente de productos de alimentación o de productos químicos de interés presenta una serie de ventajas respecto a otras opciones. Por un lado, su producción puede llevarse a cabo en terrenos no aptos para el cultivo o la ganadería o incluso en el mar. Por otro lado, la posibilidad de emplear residuos ricos en nutrientes de otros procesos productivos, especialmente cuando la biomasa se destina a la producción de sustancias no destinadas al consumo humano, permitirían a la sociedad avanzar hacia la economía circular. Además, dado que las microalgas son seres fotosintéticos, su producción permitiría el aprovechamiento del CO2 generado en procesos de combustión, actuando la industria productora de biomasa de microalgas como sumidero de carbono...
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