Resumen:
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Existe consenso acerca de que, si puede hablarse de un Arte público –que no meramente para espacios públicos-, sería un arte siempre orientado a la esfera social y a una recepción compartida. Expresamente o no, su texto sería entonces político. Pero en las dos últimas décadas es el arte en su conjunto quien piensa la recepción y asume su inevitable dimensión pública, generando así debates acerca de su proyección social y emancipadora. Este estudio se traza desde una parte de la teoría surgida en tal sentido, teoría particularmente relevante para pensar qué pueda ser un Arte público hoy. Desde la idea de un límite expandido como diversidad emancipadora y a través del concepto de intersticio social, se presenta ampliamente la estética relacional y el concepto de posproducción, poniendo de relieve en la discusión el exceso formal-comunicativo de su teoría y el peligro de disolver los contenidos en mera fenomenología relacional. Dando por descontado el interés que la práctica relacional tiene para un Arte público, pero también su discutible alcance político, se reflexiona finalmente acerca del inevitable ser político del arte, señalando, en un giro ilustrado, que es preferentemente desde una acción estética cómo este puede hacerse efectivo en la esfera social.
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