Resumen:
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Centramos nuestro estudio en la segunda instancia, fase procesal cuya finalidad es permitir el nuevo examen de una cuestión litigiosa sobre la que ha recaído sentencia definitiva. Esta segunda instancia, tanto en la jurisdicción civil como en la penal, se abre a petición de parte, y de ordinario mediante la interposición del recurso de apelación (nos centramos sólo en el recurso de apelación que abre la segunda instancia, no en el que se interpone frente a resoluciones interlocutorias). Interpuesto el recurso de apelación, el apelado puede adoptar distintas posturas: guardar silencio, oponerse al recurso de apelación, e impugnar a su vez la sentencia en lo que le resulta desfavorable. Los estudios, monografías, obras generales, y textos que de forma más o menos directa estudian, tratan, analizan y desarrollan el recurso de apelación son múltiples, como puede observarse en la bibliografía. Estudian el recurso de apelación desde sus antecedentes remotos a los más próximos; cuestionando, matizando y ampliando el concepto de recurso de apelación, distinguiéndolo de «medio de impugnación»; analizando su fundamento, la naturaleza jurídica, las distintas fases, y su tramitación. Sin embargo, no son tantos los autores que han estudiado de forma específica la concreta fase del recurso de apelación en la que nos queremos adentrar, de antiguo conocida y denominada, incluso con algún resquicio en nuestras vigentes Ley de Enjuiciamiento Civil (LEC) y Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECrim.), «adhesión a la apelación», «apelación adhesiva», «apelación supeditada» o «adhesión incidental» (como se denomina en el derecho procesal italiano). Dividimos nuestro estudio en dos partes dedicadas a este concreto trámite, diferenciando entre la jurisdicción civil (Parte I), y la jurisdicción penal (Parte II)...
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