Resumen:
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Las cruces de consagración son signos rituales que se trazan en lo alto de las paredes de los templos con la finalidad de bendecirlos, santificarlos y conferirles un carácter de protección contra las fuerzas del mal. Rememoran la primera liturgia celebrada en la cada iglesia, la ceremonia de consagración del templo, que se actualiza anualmente con la conmemoración de dicha fiesta. La forma y factura de las cruces de consagración evoluciona y sigue los patrones estilísticos del período en el que se trazan. Así, las cruces románicas se caracterizan por enorme sencillez en sus trazos, generalmente rojos, y encuadrados en un círculo también del mismo color. Con el avance de los siglos, los trazados se hacen más gruesos y las puntas de los brazos de las cruces se ensanchan. Sin embargo, no es posible trazar patrones evolutivos ya que en cada iglesia adquieren fórmulas compositivas diversas.
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