Resumen:
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Los antibióticos han salvado millones de vidas desde que en la década de 1940 se introdujeran en la práctica clínica. Desafortunadamente debido a la rápida aparición de resistencias, su fácil diseminación y la dificultad de su eliminación una vez que se han establecido en la población, nos encontramos ante un grave problema tanto para la salud humana como para la sanidad animal. Actualmente, se producen en torno a 700.000 muertes al año por bacterias resistentes a antibióticos, y se calcula que para 2050 se superarán las 10 millones asociadas a la resistencia a antibióticos. Los plásmidos juegan un papel determinante en la diseminación de la resistencia a antibióticos. Los plásmidos son moléculas de ADN que replican de forma independiente al cromosoma bacteriano y que tienen la capacidad de movilizar genes horizontalmente. En concreto, los plásmidos tipo ColE1 tienen una gran importancia en la resistencia a antibióticos. Estos pequeños replicones portan algunos determinantes de resistencia a los antibióticos más relevantes en la práctica clínica. Además son capaces de coexistir en una misma bacteria generando multirresistencia a varios antibióticos. Cuando una bacteria adquiere resistencia a antibióticos mediante la transferencia horizontal de un plásmido, compromete su crecimiento debido al coste biológico asociado al replicón. Esto genera que, en ausencia de presión selectiva, las bacterias que porten plásmidos serán menos competitivas comparado con las bacterias libres de replicones. Sin embargo, en presencia de antibióticos, las bacterias portando plásmidos serán seleccionadas en la población. La adaptación plásmido/hospedador es, por tanto, crucial para entender la presencia de los plásmidos portadores de resistencia en las poblaciones bacterianas...
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