Resumen:
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En España, tanto el hachís (resina de cannabis) como otros derivados del cannabis son drogas de abuso ilegales y, como tales, están perseguidos por la ley su cultivo, tráfico y consumo público, aunque no privado (autocultivo). Por ello, la única manera de adquirir hachís es a través de la venta ilegal en la calle. Este carácter de ilegalidad hace que tanto los productores, como transportistas, distribuidores y vendedores de estas sustancias no estén sometidos a ningún tipo de código de buenas prácticas, y sus productos no pasen ningún control de calidad por parte de las autoridades sanitarias. A pesar de estas circunstancias, su consumo sigue siendo un hábito muy extendido, incluso como medicina alternativa por personas con un sistema inmune debilitado. De otra parte, existe una creciente preocupación por la tendencia actual al aumento de la potencia del hachís(concentración de THC) y de sus efectos adversos sobre la salud. En nuestro país, existen informes nacionales sobre drogas que se refieren a las grandes incautaciones procedentes de operaciones policiales; sin embargo, no existe información relativa al hachís que adquieren los consumidores a través de la venta callejera...
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