Resumen:
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Las emociones autoconscientes aparecen más tarde en el desarrollo evolutivo que las primarias, y van cambiando a lo largo del ciclo vital. Este tipo de emociones se consideran emociones secundarias o derivadas por requerir de habilidades cognitivas complejas. Ayudan al individuo tanto a realizar evaluaciones sobre su propia identidad, como sobre sus acciones o conductas, por lo que también se las ha denominado emociones autoevaluativas. Asimismo, surgen en contextos interpersonales de relevancia para el sujeto, por lo que a su vez se las ha considerado emociones sociales. Estas emociones ayudan a comprender las normas sociales vinculadas a la cultura en la que vive y se desarrolla la persona, al tiempo que hacen que el sujeto se comprometa con normas o comportamientos socialmente valorados, y que persiga metas personales loables. Por eso, las emociones autoconscientes se clasifican asimismo como emociones de índole moral. La inadecuada regulación de este tipo de emociones puede conllevar la aparición de distintos problemas psicológicos, como la depresión, formas desadaptativas de manejar la ira o la agresividad, trastornos relacionados con la ansiedad, etc. El presente estudio tiene como objeto examinar cómo los niños y niñas van conociendo, desarrollando y manejando las emociones autoconscientes de culpa, vergüenza y orgullo, valorando además las relaciones que éstas guardan con distintas variables ligadas al malestar psicológico, como son la depresión y la agresividad...
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