Resumen:
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En su natural vínculo con la arqueología, el arte del s. xx no solo se ha interesado por las bellas obras extraídas del yacimiento, sino también por el yacimiento mismo y su realidad fragmentada. En su articulación espacio-materia-tiempo, la escultura ampliada de ese período agencia y comparte disposiciones e imaginarios con lo arqueológico. La intensa actividad teórica generada, por una parte, por los arqueólogos y por otra, por el pensamiento artístico, converge progresivamente hasta encontrar sorprendentes coincidencias discursivas que este texto se aplica a destacar. Tras exponer algunas teorías especialmente influyentes surgidas desde la propia arqueología moderna, se ponen estas en relación con lo que coetáneamente ha preocupado a la teoría artística hasta los tiempos recientes de la posmodernidad.
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