Resumen:
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Presento los argumentos arendtianos enfocados a la participación pública a lo largo de tres capítulos: en el primero recupero el sentido arendtiano de lo público, que es una lectura neoaristotélica de la polis y que deja ver la estrechez espiritual del idion para refractar el reduccionista sentido contemporáneo de la privacidad. Luego presento los criterios que motivaban a la participación pública en la polis para contrastarlos con el sentido contemporáneo de la excelencia y del éxito y explico por qué Arendt habla de ,filisteísmo, para referirse a los intereses estratégicos de la burguesía. En el segundo capítulo explico por qué para Arendt el pensamiento, el juicio del gusto y la voluntad son las actividades espirituales que posibilitan la participación pública. El pensamiento como autorreflexión puede prevenirnos de criterios ambiguos y de la ,banalidad del mal,, que pueden ser más peligrosos que el sadismo declarado. El enfoque arendtiano del juicio del gusto de Kant al ámbito político supone la ampliación del margen de la sensibilidad y de la imaginación por la otredad, y la disposición desinteresada para participar en la creación de acuerdos intersubjetivos e imparciales. Y la voluntad como principio libre de acción nos deja ver la grandeza de la participación pública. Y en el tercer capítulo presento el sentido arentiano del perdón, la promesa, la philía y la solidaridad como los principales criterios ético-políticos. El perdón nos protege de dañar a los demás por resentimiento, la capacidad de cumplir las promesas nos garantiza la efectividad de los pactos y con ello, la aplicabilidad del sentido contractualista de la justicia, la philía nos garantiza la apertura afectuosa y respetuosa hacia la otredad y la solidaridad conlleva a la comprensión del mundo para proponer pautas de acción conjuntas y con alcance histórico.
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