Resumen:
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El trabajo de investigación que aquí proponemos es solo una etapa preliminar en la búsqueda de las huellas que convocan mutuamente el psicoanálisis y la deconstrucción. A ello solo es posible acceder mediante la confrontación entre Lacan y Derrida -que nunca serán tomados por sus nombres propios, sino por los efectos de discurso que los definen, esto es, psicoanálisis lacaniano y deconstrucción derridiana-. La etapa preliminar a semejante trabajo muestra una imposibilidad del mismo: antes de abarcar la convocación mutua entre psicoanálisis y deconstrucción en tanto estrategias de lectura, habrá que dar un paso atrás y escuchar la confrontación, el encuentro fallido, la relación-sin-relación entre un psicoanálisis y una deconstrucción: Lacan y Derrida. Heredamos, a través de este diálogo interminable, lo que definiremos como dos acontecimientos -y por ende dos traumas-. Para hacernos cargo de ellos habrá que interpretar e inventar, seguir pistas y acuñar nuevas estrategias para, a su vez, dos estrategias de lectura -el psicoanálisis y la deconstrucción- que traumatizan y acontecen tal y como sucede con la entrada del sujeto en la lengua. Se trata -el de la lengua o, como escribía Lacan, lalangue- de un trauma olvidado que el psicoanálisis y la deconstrucción re-actualizan: el de un cierto saber que no se deja constreñir del todo (du tout) en la totalidad que es la onto-teo-logía. De esta interminable herencia procederemos a interrogar algunas voces que ya transitaron por el mismo camino que emprendemos: las de René Major, Jorge Alemán y Francisco Vidarte. Los tres tienen en común el haberse dejado atravesar -desde el psicoanálisis los dos primeros y desde la filosofía el último- por el discurso otro. Los tres habitaron esa zona fronteriza entre el psicoanálisis y la deconstrucción, e interrogaron a Derrida con Lacan y a Lacan con Derrida. Los tres casos difieren en cuestiones de estrategias, finalidad y compromiso, pero los tres serán para nosotros una especie de guía y una introducción para demarcar mejor los límites dentro de los cuales nos movemos, y el horizonte de estudio hacia el cual tendemos con nuestra investigación. En nuestro caso propondremos dos momentos del interminable diálogo entre el psicoanálisis lacaniano y la deconstrucción derridiana -puesto que nunca se dan el psicoanálisis y la deconstrucción-: una parte se dedicará a Lacan y a las incursiones y huellas de la deconstrucción derridiana en él. "La función de la escritura Lacan" será el título de algunas incidencias derridianas en el recorrido de Lacan entorno a la cuestión de la escritura. Por otra parte, la de Derrida, el camino será distinto pues el interés de éste por el psicoanálisis y Lacan fue desde bien temprano muy manifiesto. Para ello hemos escogido una serie de envíos presentes en el texto Envois y algunas citas de éstos en Feu la cendre con la finalidad de hallar huellas lacanianas allí donde la intención de la predicación se muestra menos segura y el proceder está asediado por continuos tropiezos. Estas dos partes constituirán nuestro aporte a una herencia que aceptamos, a saber, el diálogo interminable entre el psicoanálisis lacaniano y la deconstrucción derridiana. En estas dos estrategias de lectura percibimos las mayores posibilidades para interrogar no solo los dispositivos de poder creados y ejercidos, sino el Poder que ha generado la estructura económico-política para cuyo sostén es necesario un cierto empobrecimiento del lenguaje, esto es, un allanamiento de la propiedad simbólica: se mantiene la palabra en su aspecto meramente comunicativo, pero ésta está allanada y, de cierta manera, dérobée. Se aplana/allana -y se oculta/esconde- una parte del lenguaje para que otra pueda multiplicarse: la comunicación del mensaje sin las implicaciones que el portador del mensaje sufre, en las que está implicado como sujeto del inconsciente. Al igual, concebimos el psicoanálisis lacaniano y la deconstrucción derridiana como maneras esenciales
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