Resumen:
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En la secuencia final de J’Accuse, la mi?tica peli?cula antibelicista que Abel Gance rodo? tras la Gran Guerra, el veterano desquiciado que protagoniza el film arenga a los soldados cai?dos en el campo de batalla: “Morts de Verdun, levez-vous!”. Y “con la figura terrosa y las o?rbitas llenas de estrellas”, los cai?dos le responden: un eje?rcito de espectros brota de la tierra y se esparce en todas direcciones. Pero el retorno de los muertos despue?s de la I Guerra Mundial fue, en cierto sentido literal, y no so?lo por los miles de excombatientes que, mutilados y enmudecidos, retomaron temblorosamente la existencia civil. El final de la guerra dio lugar – sobre todo en Inglaterra pero tambie?n en otros pai?ses europeos participantes en la contienda – a un resurgimiento de las pra?cticas espiritistas y de las ceremonias de comunicacio?n con los muertos. El presente arti?culo, dentro de una reflexio?n ma?s amplia sobre la interpretacio?n de materiales sociohisto?ricos “heterodoxos”, que ponen en cuestio?n la divisio?n ni?tida entre verdad y ficcio?n, presenta y analiza este feno?meno histo?rico como una de las respuestas al trauma be?lico. De especial intere?s resulta la centralidad asignada en este peri?odo a la fotografi?a de espi?ritus, lo que nos conducira? a reflexionar sobre el papel que cumplen las fotografi?as en algunos procesos de duelo.
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