Resumen:
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Chile está teniendo cada vez más protagonismo en el tráfico de drogas internacional a pesar de no ser un país productor de esas sustancias, hecho que confiere un especial interés al desarrollo de este trabajo.Este país se encuentra ubicado entre dos centros productivos de cocaína de gran relevancia internacional como son Bolivia y Perú, con quienes además, tiene una relación de vecindad compleja, derivada de diversas disputas territoriales que no son parte de este trabajo. Esta situación ha generado un contexto que, sumado a fronteras vulnerables y vacíos institucionales en ciertas zonas, está planteando un importante problema para el Estado. Las regiones de Arica y Parinacota (XV), Tarapacá (I) y Antofagasta (II) están actuando como puerta de entrada para la cocaína peruana y boliviana, así como centro de distribución de ésta a nivel nacional y global.Estas tres regiones comparten frontera con Bolivia, y en el caso particular de Arica y Parinacota, también con Perú. Sin embargo, toda esta extensa zona limítrofe sólo cuenta con 8 pasos fronterizos habilitados, pero en ella existen más de 100 de carácter ilegal, lo que suma una dificultad adicional al control del territorio. La frontera está siendo constantemente vulnerada por las organizaciones y grupos dedicados al contrabando de bienes ilegales, entre ellos la cocaína. Esta sustancia es exportada a través de los puertos chilenos con destino Europa principalmente, pero también hay una cierta cantidad que se queda en el país para satisfacer la demanda nacional que se concentra en las regiones del centro de Chile, principalmente en la región Metropolitana de Santiago...
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