Resumen:
|
La ruptura del equilibrio que existe en condiciones fisiológicas entre especies pro-oxidantes (entre las que destacan las especies reactivas de oxígeno – ERO) y los sistemas antioxidantes provoca una situación de estrés oxidativo (EO) celular, que conlleva daño oxidativo a todas las biomoléculas, incluyendo proteínas, lípidos de membrana y ácidos nucleicos. Cuando el daño es excesivo o irreparable, se produce la muerte celular, generalmente por mecanismos de apoptosis. El EO afecta a todas las células del organismo, pero en especial medida, a las células del cerebro, que es un órgano especialmente susceptible al EO por sus características anatómicas y funcionales. Así, una sólida evidencia científica apoya la implicación del EO, como causa y/o consecuencia, en la patogenia de diversas enfermedades neurodegenerativas, entre las que destacan la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson o la esclerosis lateral amiotrófica. Debido al incremento de la esperanza de vida y al envejecimiento paulatino de la población mundial, cada vez es mayor el impacto social y el coste sanitario de estos trastornos neurodegenerativos crónicos (asociados a la edad) que, además, carecen de tratamientos eficaces para prevenir, atenuar o retrasar la aparición de los característicos síntomas cognitivos o motores...
|