Resumen:
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Estudios epidemiológicos internacionales (Piccinelli & Wilkinson, 2000; Kessler et al., 1994; 2003; 2005; King et al., 2008; WHO, 2000; 2009) y nacionales (Bones-Rocha, Pérez, Rodríguez-Sanz, Borrell, & Obiols, 2010; Grandes et al., 2011) encuentran sistemáticamente una prevalencia diferencial en trastornos mentales específicos entre hombres y mujeres, siendo más frecuentes los trastornos depresivos y de ansiedad en mujeres (Eaton, Krueger, Balsis, Skodol, Markon & Hasin, 2012; EUWMH, 2012). Entre los factores de vulnerabilidad en mujeres destacan los roles de género en la sociedad, los eventos estresantes y la mayor tendencia a utilizar estrategias de afrontamiento rumiativas (Accortt, Freeman & Allen, 2008; Hyde, Mezulis & Abramson, 2008). Diversos factores asociados al género (roles, normas y estereotipos) contribuyen a las diferencias en estrategias cognitivas de regulación emocional y afrontamiento de estrés. El género constituye una variable cognitiva moduladora de procesos intelectivos y emocionales relevantes en los procesos de autovaloración y ajuste psicológico, físico y social de las personas (Barberá, 1998; García-Mina, 2000; Martínez Benlloch, 2007). La orientación hacia las emociones y lo interpersonal, aspectos asociados tradicionalmente a las mujeres, pueden contribuir a creencias y actitudes disfuncionales generadoras de vulnerabilidad ante eventos estresantes o experiencias negativas interpersonales, incrementando la vulnerabilidad para desarrollar síntomas ansioso-depresivos y mayor percepción de estrés (Beck, 1987). Experimentar altos niveles de estrés, mayor número de eventos estresantes, tensión crónica y bajo apoyo social, con baja percepción de control, son factores que incrementan respuestas rumiativas (Nolen- Hoeksema & Jackson, 2001), exacerbando y prolongando el malestar a través de procesos atencionales, sesgos de memoria, atribuciones, razonamiento y pensamientos implicados en modelos cognitivos de vulnerabilidad (Abramson, Seligman & Teasdale, 1978; Beck, Rush, Shaw & Emery, 1979; Beck, 1987) y el estrés (Lazarus & Folkman, 1984)...
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