Resumen:
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La sentencia de la Corte Internacional de Justicia, de 14 de febrero de 2002, que declaró ilícita la orden de arresto dictada el 11 de abril de 2000 por la justicia belga contra el entonces Ministro de Relaciones Exteriores del Congo, supone una interpretación muy conservadora de las normas internacionales sobre inmunidades, se aleja de las decisiones dictadas por otros tribunales internacionales o internos y constituye un contratiempo en el progreso del Derecho internacional en materia de prevención y sanción de los crímenes de lesa humanidad.
The judgment of the International Court of Justice, of February 14, 2002, establishing the illegality of the arrest warrant dictated on April 11, 2000 by the Belgian courts against the Foreign Affairs Minister of the Congo, implies a very conservative interpretation of the international norms on immunities, moves away from the decisions dictated by other international or national courts and constitutes a setback in international law progress on prevention and sanction of crimes against mankind.
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