Resumen:
|
Desde las primeras conferencias internacionales de Naciones Unidas sobre Población y Desarrollo y las conferencias internacionales de las Mujeres se ha ido fundamentando el marco ideológico y normativo que convoca a la participación de los hombres en la gestación, el parto y el nacimiento de sus hijos e hijas. En nuestro contexto correspondiente al Estado español esto se concreta en políticas como la Ley de Igualdad Efectiva entre Hombres y Mujeres y la Estrategia para la Atención al Parto Normal del Ministerio de Sanidad y Consumo, ambas de 2007. Estas políticas se traducen en diferentes programas asistenciales en los que se intenta transmitir a los hombres y a sus parejas las emociones y sentimientos adecuados desde los que vivir el nacimiento y cuidado de sus vástagos. Este modelaje emocional se plantea como una oportunidad tanto para los hombres, pues así pueden iniciarse tempranamente en la paternidad; como para las mujeres, ya que se indica el impacto positivo que tiene la actitud adecuada de su pareja sobre su salud, y así sobre su embarazo y parto, como especialmente para el óptimo desarrollo de las criaturas, antes y después del nacimiento. La investigación en que se apoyan estas conclusiones es una etnografía de la atención que se presta a las mujeres, desde el embarazo hasta el posparto, en los servicios sanitarios públicos de Madrid durante el periodo 2005-2008. Para ello se realizaron entrevistas abiertas en profundidad a 16 mujeres, 5 hombres y 22 profesionales; se mantuvo una observación participante en diferentes espacios sanitarios y se realizó un análisis de diferentes fuentes documentales. Mi interés en esta comunicación es hacer visible el lugar que ocupan ciertas emociones en la construcción de la paternidad y concretamente cierta forma de enunciación de las mismas. Entiendo que estos fenómenos, las emociones y sentimientos, son un vehículo de expresión y transmisión de contenidos socioculturales. Se deben, por tanto, a un sistema de ideas, creencias y valores morales, culturalmente construidos. Los hombres gestionan y expresan diferentes emociones, algunas como respuesta a las pautas que reciben del sistema sanitario, como por ejemplo: el amor, el deseo y la alegría; que podríamos decir que se corresponden con los modelos e ideales sobre cómo vivir y expresar la paternidad, y que son considerados los mejores indicadores de las vivencias de los padres, del deseo de paternidad e incluso del tipo de relación de pareja y del buen acompañamiento a sus mujeres. Sin embargo, otros hombres muestran emociones así como modos de manifestarlas diferentes. Sus reacciones no sólo derivan de su personalidad, sino también de la diversidad de experiencias que han tenido y las circunstancias en que se encuentran. Los distintos modelos de paternidad que pueden registrarse muestran el carácter construido de las emociones y la manera en que los hombres se van socializando durante el proceso de gestación y nacimiento. En resumen, que los padres y los hombres no nacen, sino que se hacen.
|