Resumen:
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Prisa lideró desde el comienzo de los años noventa hasta 2009 el sistema mediático español, llegando a facturar 4.000 millones de euros anuales en 2008. Y, hasta desprenderse de su participación en Canal+, fue el mayor grupo multimedia de nuestro país, tanto en ingresos netos como en audiencia acumulada (15,65%) de prensa, radio, televisión e Internet.
Las razones por las que un grupo, destinado a ser uno de los grandes campeones europeos, perdió su centralidad y buena parte de su tamaño, medido en ingresos netos, son el objeto de este artículo. Desde la perspectiva teórica, esta investigación se basa en la Economía Política de la Comunicación, aunque también se detiene en el análisis de la “financiarización” y de la consiguiente deuda que lastró el desarrollo del grupo y que explica, junto con otras erróneas decisiones estratégicas, el desmantelamiento de un conglomerado que había tardado más de treinta años en construirse.
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