Resumen:
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Cuesta entender que el trabajo de profesores e investigadores en la Universidad y otras instituciones de investigación, trabajadoras y trabajadores, pueda ser considerado como otra parte, y no menor, desde luego, del conjunto de personas que forman en nuestro país y en tantos otros un volumen creciente de trabajadores precarios; del precariado. Bombardeados por la permanente insistencia en los medios de comunicación y las banales afirmaciones de muchos políticos de que hemos llegado a una etapa en la que el conocimiento y el saber son los pilares de nuestras sociedades, nos cuesta aceptar que también en la Universidad el trabajo precario está muy presente, con daños irreparables para las personas y para la propia institución universitaria. De eso trata este artículo.
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