Resumen:
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El amplio dominio del inglés como lengua global también está dejando huella en el mundo académico. En un principio fue la lengua a través de la cual se realizaba gran parte de la investigación y la publicación de los conocimientos específicos de cada disciplina académica. Actualmente también se está convirtiendo gradualmente en lengua de instrucción. A pesar de que en numerosos contextos a lo largo de la historia la enseñanza a través de una lengua extranjera ha sido más la regla que la excepción, las repercusiones que está causando a todos los niveles (político, económico, social, educativo y pedagógico) hacen de este fenómeno educativo un objeto necesario de investigación. Uno de los principales factores que han llevado a la adopción del inglés como lengua de instrucción en la educación superior ha sido la internacionalización de la universidad. Además, puesto que su implementación ya constituye una práctica extendida y aceptada en previos niveles educativos debido a la expansión del aprendizaje integrado de contenidos y lengua (AICLE) en primaria y secundaria (Dafouz & Guerrini, 2009; Dalton-Puffer, Nikula & Smit, 2010), continuar con este enfoque parece una elección lógica y, en principio, no muy costosa y problemática (Coleman, 2013: XIV). A este hecho hay que sumarle el factor competitivo que lleva a las universidades a atraer a estudiantes nacionales e internacionales, a profesores e investigadores con vocación y éxito de todas las partes del mundo y a alumnos de postgrado con talento con el objeto de incentivar la reputación y el prestigio de la universidad (Graddol, 2006; Ramos, 2013; Dafouz, 2015)...
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