Resumen:
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El establecimiento de cualquier acción de política regional en el seno de la Comunidad Europea requiere, dado el carácter subsidiario y limitado de sus actuaciones, la constatación previa de la importancia de las disparidades territoriales existentes. En este sentido, tratar de establecer criterios e indicadores que permitan medir el grado de desarrollo regional constituye una labor tan necesaria como compleja. Obviamente, la ausencia de índices que permitan ordenar y sistematizar los niveles de desarrollo relativo de los distintos territorios impide calibrar el alcance de las disparidades regionales que puedan existir y, consecuentemente, actuar a través de los distintos instrumentos de intervención. Por otro lado, resulta difícil establecer indicadores sintéticos de desarrollo regional, superado incluso el problema de la propia delimitación territorial más adecuada para la acción regional. La propia Comunidad ha abandonado ya la elaboración del llamado "indice sintético" de desarrollo regional, dada la complejidad conceptual de este término. Podemos considerar, sin embargo, algunos indicadores básicos que permiten establecer una ordenación de los distintos territorios, cuantificando las diferencias regionales en función de niveles de prosperidad relativa.
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