Resumen:
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Durante la práctica del ejercicio físico el organismo experimenta diversos cambios en su funcionamiento con el fin de atender a la mayor demanda de oxígeno y nutrientes del músculo activo. La práctica de ejercicio físico se asocia a cambios hemodinámicos que alteran las condiciones de carga del corazón; el ejercicio dinámico se asocia con un incremento de los volúmenes cardiacos, mientras que el ejercicio estático se caracteriza por el gran aumento de las resistencias vasculares periféricas, produciendo una sobrecarga de presión sobre el corazón. Con la práctica de un entrenamiento regular y mantenido en el tiempo, estos cambios dan lugar a una serie de adaptaciones a nivel del sistema cardiovascular que se han agrupado bajo la denominación de “corazón del deportista”, caracterizado por un aumento de las dimensiones de todas las cavidades cardiacas y de los grosores de las paredes. Se ha descrito una adaptación diferente en función del deporte practicado, tipo dinámico o estático, sin embargo, la mayoría de los deportes presentan un grado variable de ambos componentes. El remodelado cardiaco también vendrá determinado por factores como la intensidad y la duración del entrenamiento, el sexo, la raza y el tamaño corporal. Tradicionalmente los estudios del corazón del deportista se han centrado en las adaptaciones del VI y en su diagnóstico diferencial con la miocardiopatía hipertrófica, una de las principales causas de muerte súbita del deportista. Hasta hace poco tiempo eran escasos los estudios en los que se hacía referencia a los rangos de normalidad de los parámetros ecocardiográficos del VD, tanto en la población general como en los deportistas. Sin embargo el estudio ecocardiográfico del VD sigue estando dificultado por factores como la compleja geometría de esta cavidad cardiaca, la limitada definición de la superficie endocárdica a consecuencia de la mayor trabeculación, su situación retroesternal que dificulta el paso de los ultrasonidos y la marcada dependencia de la carga en los índices de función del VD. Anatómicamente al VD se le divide en tres partes: tracto de entrada (válvula tricúspide, sus cuerdas tendinosas y los músculos papilares), extremo apical (muy trabeculado) y tracto de salida (con un miocardio liso que desemboca en la arteria pulmonar). En el niño maduro y en el adulto sanos, la pared del VD es mucho más delgada que la del VI, ya que bombea la sangre contra un circuito de menor presión. Una particularidad del VD es que se pueden producir grandes cambios en el tamaño y la forma del VD en función de las condiciones de carga, ya que se trata de una cámara diseñada para acomodar el retorno venoso sistémico y enviarlo hacia un sistema de alto flujo y baja presión. Se trata por tanto de una cámara cardiaca muy sensible a los incrementos agudos de la presión arterial pulmonar (postcarga), que sin embargo tolera relativamente bien la sobrecarga de volumen (precarga)...
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