Resumen:
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En las últimas décadas, la terapéutica con implantes se ha convertido en un método predecible para reemplazar los dientes perdidos, sirviendo éstos de anclaje para prótesis implantosoportadas e/o implantorretenidas, con una evidencia clínica de tres décadas de uso. Tanto su eficacia como su seguridad, han sido ampliamente demostradas en la literatura científica. El mantenimiento a largo plazo de una interfase implante-hueso rígida requiere de una remodelación continua del hueso. Debido a la complejidad de la respuesta del tejido, la osteointegración y el mantenimiento de los implantes están influidos por muchos factores, incluyendo la edad, la dieta, medicamentos, enfermedades sistémicas y enfermedades orales. Los receptores de un trasplante de órgano sólido (TOS) han ido aumentando en número a lo largo del tiempo y viven más tiempo. También ha aumentado la demanda de tratamiento dental especializado, que va desde terapéutica periodontal y restauradora hasta el reemplazo de los dientes perdidos. El éxito de la osteointegración depende del estado del hueso del huésped y su capacidad de cicatrización. Sin embargo, el TOS puede tener un efecto negativo sobre el metabolismo óseo. Uno de los efectos de dicho tratamiento es una marcada supresión de la formación ósea y una inhibición de la función osteoblástica. A pesar de la gran abundancia de datos sobre los efectos de los regímenes inmunosupresores sobre la desmineralización ósea en pacientes trasplantados, hay una falta de datos sobre la respuesta del hueso a los implantes dentales en estos pacientes...
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