Resumen:
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Los andadores de puntillas caminan habitualmente sin apoyar el talón, con un patrón preferente de contacto inicial con la punta del pie o con toda la planta, pero son capaces de apoyar el talón en bipedestación y de realizar una marcha con choque inicial del talón cuando se les pide o se concentran. La marcha de puntillas idiopática se considera un diagnóstico de exclusión de patologías neurológicas y ortopédicas cuando persiste en niños de más de 3 años que comenzaron a caminar con este patrón de forma simétrica, pero las características propias que muestran estos niños han propiciado que se haya propuesto definirla como síndrome que expresa un retardo de la adquisición y la maduración neuromotriz, que se perpetúa con una retracción secundaria del tríceps sural. Su tratamiento habitual está enfocado a mejorar la limitación de la flexión dorsal del tobillo e incluye estiramientos y ejercicios, férulas, toxina botulínica y cirugía de alargamiento en los casos en los que existe un equino, aunque su efectividad no está clara y no existen criterios claros de indicación terapéutica. A partir de la hipótesis del origen central de esta alteración se propone un tratamiento de Fisioterapia basado en el Ejercicio Terapéutico Cognoscitivo o Método Perfetti, con el objetivo de favorecer el desarrollo neuromadurativo y mejorar las alteraciones ortopédicas, consecuencia de un patrón alterado.
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