Resumen:
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En los últimos años, con una intensidad creciente, los medios digitales han comenzado a ser vistos como dispositivos sociales clave: desde ser herramientas comunicacionales paradigmáticas para la organización de movimientos sociales como la llamada Primavera Árabe, Occupy Wall Street o el 15-M; hasta posicionarlas como infraestructura informacional estratégica en relación a las mediatizadas filtraciones de WikiLeaks o los hackeos de Annonymous. Al mismo tiempo, viejos relatos sobre las posibilidades propagandísticas propias del contexto del nacimiento de los medios de masas –aplicadas al condicionamiento conductual de la audiencia comienzan a resurgir como temor entre algunos usuarios de los medios digitales en relación a corporaciones como Google o Facebook –o incluso variaciones más conspiranoicas que involucran gobiernos, agencias de inteligencia, o hackers a sueldo de la red profunda–. En medio de esta polarización discursiva, pensadores de primer nivel y periodistas tecnólogos inician múltiples reflexiones sobre las posibles ‘revoluciones electrónicas’ o la ‘resistencia digital’ en torno a las potencialidades políticas de los ‘nuevos’ medios; y, sin embargo, las aportaciones del arte no son tenidas en cuenta. En 1987 nace en Florida el colectivo Critical Art Ensemble, conformado por especialistas de diseño web, vídeo, la fotografía y la performance, con el objetivo de ‘explorar las intersecciones entre el arte, la teoría crítica, la tecnología y el activismo’. Además de múltiples proyectos, para el año 1994 publicarán una teoría sobre la ‘perturbación electrónica’, que será continuada con la ‘desobediencia civil electrónica’ (1996) y la ‘resistencia digital’ en (2001). Por otro lado, en Holanda se celebrará en 1993 un festival artístico transdisciplinar en torno a las posibilidades sociales de la televisión y los computadores, que se repetirá en 1997 centrándose específicamente en la potencialidad de internet en relación al conjunto de los medios; la extensa documentación teórica allí producida –siendo paradigmático el manifiesto de los ‘medios tácticos’– está disponible online desde entonces. Estos dos breves relatos –siendo a su vez dobles– representan el punto de partida de esta investigación, o más bien, la ausencia que la motiva: aquello que hemos denominado ‘tácticas de resistencia’ –aunando la propuesta de Critical Art Ensemble y los ‘medios tácticos’– y cuya genealogía se remonta, al menos, dos décadas atrás, permaneciendo casi desapercibido en nuestra contemporaneidad inmediata a pesar de ser tema de análisis habitual. Así, la intención primera que da forma a esta investigación es trazar la genealogía de esta tipología específica de praxis artística para poder estudiar los vínculos y afectaciones mutuas históricas que haya podido haber –tanto a nivel técnico como discursivo– en relación a los medios. De este modo, el objetivo último es analizar las intersecciones que existen entre el arte y los medios para, a partir de ello, poder evaluar la importancia que esta tradición artística tiene en relación al pensamiento y las técnicas contemporáneas...
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