Resumen:
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La adicción a sustancias en un problema de salud y sociocultural con un alto coste personal y social, y una prevalencia elevada, aunque estable a pesar del infradiagnóstico. A los síntomas físicos y psicológicos característicos de este trastorno se deben sumar los efectos del estigma que soportan. El objetivo de este trabajo es identificar la repercusión del estigma social en la salud de las personas adictas y su entorno, incidiendo en cómo afecta a la calidad de atención sanitaria que reciben. Para ello se ha realizado una revisión bibliográfica, en la que se han incluido artículos de revistas procedentes de bases de datos, así como informes de fuentes y organismos oficiales. De esta recopilación se ha concluido que el concepto negativo presente en el imaginario social influye en la actitud de los profesionales sanitarios y de los propios pacientes. De ello se derivan complicaciones por evitación o retraso en la búsqueda de ayuda, menor humanización y calidad de los cuidados, falta de empatía y confianza que afecta a la relación terapéutica, generando actitudes de evitación a la hora de tratar estos problemas.
El papel de enfermería resulta esencial en la reducción del estigma que permita una atención adecuada, tanto como agentes asistenciales como educadores en salud. Para ello, los profesionales deben ser formados en valores y actitudes libres de prejuicios.
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