Resumen:
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La especie humana dispone de tres rasgos universales, que concurren en ella únicamente: la división del trabajo, el intercambio de bienes, y el lenguaje simbólico. Tales rasgos fueron enunciados por Adam Smith a lo largo de su obra.En particlar, en Smith, la retórica, un uso comunicativo del lenguaje, tiene un papel destacado en su filosofía moral y en su economía política. La propiedad y la persuasión son los dos constituyentes básicos de la comunicación lingüística en que S. sustenta su filosofía moral y el comercio, o intercambio,respectivamente. Este artículo se centra en la retórica de la persuasión, y argumenta que ( i ) S. tiene una teoría de las funciones del lenguaje con dos modos de comunicación opuestos: el primero, el modo persuasivo, o maquiavélico, e.d., una comunicación que busca su propio interés, mientras que el segundo, el modo simpático, o empático, favorece la confianza y la cooperación en la que se sustentan tanto el lenguaje como el comercio; y (ii) que el modo de comunicación persuasivo, que sigue el modelo del lenguaje de Platón y Aristóteles , el modelo del órganon, le sirve a S. para explicar el intercambio y la división del trabajo, mientras que el modo empático es el que para S. regula el uso del lenguaje común. El artículo concluye que es la empatía y no la persuasión, la que conduce a la confianza y a la cooperación, requisitos tanto del lenguaje como del comercio.
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