Resumen:
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El considerable desarrollo de la evaluación psicológica en España ha puesto a disposición de los psicólogos que trabajan en el ámbito clínico forense un número muy grande de test psicológicos y, en consecuencia, una de las tareas a las que deben enfrentarse es decidir qué test en concreto deberían utilizar en una evaluación forense dada. Esta decisión implica, en primer lugar, determinar los objetivos de la evaluación forense y la población a la que pertenece la persona evaluada, y, en segundo lugar, valorar la adecuación a esos objetivos y a esa población de las características del test y de las interpretaciones de las medidas que ese test proporciona. Para hacer esta valoración, Heilbrun (1992) propuso siete directrices que tienen en cuenta criterios psicométricos así como criterios de disponibilidad, documentación, aplicación, interpretación y relevancia para las cuestiones forenses. En este trabajo, se han actualizado, ampliado y especificado esas directrices con el objetivo último de que las mismas puedan servir de ayuda a los psicólogos españoles que trabajan en el ámbito clínico forense. Finalmente, se ejemplifica la utilidad de esas directrices analizando a partir de ellas los test más utilizados para la evaluación de la gravedad de la depresión en la población clínica española.
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