Resumen:
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El glaucoma es una enfermedad multifactorial que constituye una de las principales causas de ceguera en países industrializados y cuya fisiopatología aún no se conoce completamente. Se sabe que el glaucoma engloba un grupo de neuropatías ópticas de origen multigénico y multifactorial, caracterizadas por una degeneración progresiva del nervio óptico, la muerte de las células ganglionares de la retina y la pérdida de campo visual. Sin embargo, a pesar del gran número de publicaciones científicas e investigaciones llevadas a cabo en las últimas décadas, su patogénesis no ha sido descrita de forma precisa y detallada. Dentro de los glaucomas, la forma más frecuente es el glaucoma primario de ángulo abierto (GPAA), cuyo principal factor de riesgo es la presión intraocular (PIO). La PIO desempeña un papel relevante en el establecimiento y progresión de la enfermedad y representa el único parámetro sobre el que es posible actuar a través de los diversos tratamientos disponibles en la actualidad. Sin embargo, la disregulación del flujo sanguíneo ocular con la consiguiente hipoxia tisular, secundaria a la elevación de la PIO o independientemente de ella, se ha implicado recientemente como un componente del mecanismo patogénico de la degeneración del nervio óptico y de la pérdida de células ganglionares retinianas en el glaucoma. El flujo ocular está disminuido en los glaucomas normotensivos y en aquellos GPAA que progresan a pesar de la reducción de PIO. Además, existe correlación entre la progresión campimétrica y las variables hemodinámicas retrobulbares. Muchos pacientes con glaucoma muestran alteraciones vasculares tales como vasoespasmo, hipotensión sistémica, defectos angiográficos de perfusión vascular y alteraciones en los parámetros de flujo sanguíneo que pueden conllevar una reducción de la perfusión vascular de la papila del nervio óptico y la retina...
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