Resumen:
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Toda la estructuración del Quijote revela una intención netamente desmitificadora. Así, la 1ª parte es de naturaleza eminentemente paródica; consiste, por lo general, en trocar el ambiente poético-caballeresco en ambiente de baja cotidianeidad. La 2ª parte, más innovadora, utiliza con gran sutilidad el recurso de lo apócrifo, suscita en el lector, y en el mismo personaje, la duda sobre la autenticidad de lo narrado. Ambos recursos, entiendo, son incompatibles con la estructura propia de los relatos míticos. Hablar del mito de Don Quijote es ir contra la literalidad del texto, abusar del lenguaje: cometer un contrasentido.
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