Resumen:
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La escasez y agotamiento de fuentes de energías fósiles tradicionales, así como su influencia negativa sobre el medio ambiente por su impacto en el denominado cambio climático ha llevado a tomar medidas, como la firma del Protocolo de Kyoto, en 1997, que constituye el establecimiento de políticas y marco regulatorio en el mundo para el fomento de uso de energías renovables o la Cumbre sobre el Clima (Paris, 2015) que se está celebrando al mismo tiempo que se escribe esta Memoria. Por esta razón, entre las energías renovables, los biocarburantes han sido una alternativa para luchar contra la insuficiencia y la dependencia energética. En concreto, en los últimos años, la producción de biodiesel se ha incrementado y, con ello, la producción de glicerina, por ser un subproducto de la síntesis del biodiesel. Como consecuencia, el precio de la glicerina se ha reducido durante los últimos años; por lo que los mercados tradicionales de la glicerina (industria cosmética, farmacéutica y alimentaria) no constituyen una demanda suficiente para frenar esta caída. En la actualidad, se están buscando nuevos usos de la glicerina ya sea para uso directo o como materia prima o building block para obtener otros productos químicos. Entre las reacciones de síntesis, la esterificación de la glicerina es una de las vías más utilizadas para su transformación. Por tanto, los esteres de glicerina, monoglicéridos diglicéridos y triglicéridos, obtenidos mediante la esterificación de glicerina con ácidos carboxílicos, son usados como aditivos alimentarios, disolventes, emulsionantes, antioxidantes, y en otras muchas aplicaciones. La esterificación puede llevarse a cabo térmicamente o usando catalizadores homogéneos o heterogéneos, convencionales o enzimáticos...
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