Resumen:
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La introducción de los antibióticos en la práctica clínica supuso una auténtica revolución en la medicina. Su utilización no solo sirvió para convertir a una de las principales causas de muerte del siglo XX, las enfermedades infecciosas, en enfermedades curables, si no que propició el avance de la medicina y la cirugía. Por todo ello, los antibióticos han permitido el alcance de hitos médicos que han mejorado sustancialmente la calidad de vida de las personas, permitiendo el aumento de la esperanza de vida. No obstante, poco tiempo después de empezar a utilizarse los antibióticos, se observó la aparición de bacterias capaces de sobrevivir al efecto antibacteriano de los mismos. En principio, la aparición de estas resistencias antimicrobianas fue una consecuencia natural asociada al uso de los antibióticos. Sin embargo, a raíz de su uso incorrecto e indiscriminado, tanto en medicina humana, veterinaria como en agricultura, este fenómeno natural se aceleró de tal forma, que la velocidad de aparición de las resistencias superó la velocidad de descubrimiento de nuevas moléculas antimicrobianas. Consecuentemente, la situación actual a nivel mundial es crítica, puesto que nos enfrentamos a patógenos que son capaces de resistir a la totalidad de antibióticos disponibles, lo cual amenaza con acercarnos a la era post-antibiótica. Para poder frenar el avance de las resistencias, es necesario conocer cómo éstas evolucionan y se transmiten, con el fin de predecir la emergencia de nuevos medios de propagación y de nuevos mecanismos de resistencia. Las resistencias no se circunscriben a un determinado nicho, sino que son capaces de seleccionarse, evolucionar y diseminarse entre distintos ambientes. Además hay que tener en cuenta que los antibióticos que se usan en medicina humana, son los mismos que se utilizan en medicina veterinaria y en agricultura, si bien es cierto que actualmente en animales de abasto y en agricultura, su uso está más regulado y solo se pueden utilizar antibióticos que hayan sido autorizados. Es por tanto fundamental para conocer la verdadera ecología de los mecanismos de resistencia, estudiarlos, no solo en el ámbito de la medicina humana, sino también en el animal y en el ambiental...
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