Resumen:
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El presente estudio contrasta dos hipótesis acerca del papel que juegan variables estructurales de representación cognitiva del yo en la presencia de síntomas depresivos. La primera, derivada del modelo de complejidad del self de Linville, predice que una representación compleja del self moderaría el efecto depresógeno de los acontecimientos vitales negativos. La segunda, derivada de la psicología de los constructos personales y, en concreto, del trabajo de Landfield, predice que la anterior hipótesis se cumplirla sólo si la complejidad del self va unida a una representación integrada del yo. Ambas hipótesis se pusieron a prueba con 79 estudiantes universitarios en un estudio longitudinal, utilizando distintos modelos de regresión. Los resultados mostraron que, contrariamente a la hipótesis de Linville, el papel de la complejidad del self en el desarrollo de síntomas depresivos no es el de un factor protector de la depresión, sino de vulnerabilidad. Contrariamente a la hipótesis de Landfield, la ordenación del self no desempeñó ningún papel mediador en la anterior relación. Los resultados se discuten en el marco del modelo de depresión derivado de la psicología de los constructos personales de Kelly.
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