Resumen:
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El concepto de cultura política fue adoptado por Gabriel Almond y Sidney Verba a mediados del siglo XX. Constataron que una cultura política es condicionante de la vida pública de una sociedad y la marcha de un sistema democrático, por lo que la definieron como un sistema de creencias, valores y normas que determinan una actitud social ante el hecho político. Este concepto de cultura política es trasladado, en esta tesis doctoral, a la filosofía política de Ortega, que, a pesar de ser previa al origen del término en las fechas mencionadas, lo define con la misma magnitud que Almond y Verba. Aun así, para el caso del filósofo madrileño, la cultura política todavía encuentra una explicación más completa. Por un lado, tenía atribuida un carácter de historicidad que recogía el impulso de la vida humana en unas coordenadas históricas concretas; por otro, consideraba la formación y la educación política del individuo y del profesional de la política el modo con el que tener una actitud crítica ante la vida pública, que sirviera a la sociedad para realizar un proyecto de vida en común. Almond y Verba, como también otros autores que trabajaron posteriormente sobre el mismo concepto, no se acogen al conocimiento político como elemento decisivo de una cultura política. Sin embargo, para Ortega, es un factor determinante y estaría contenido en el origen del término. En este sentido, la teoría de la cultura política orteguiana recoge el influjo de las pedagogías neokantiana, krausista y de la Institución Libre de Enseñanza, como de la paideia de los filósofos griegos Sócrates, Platón y Aristóteles, de acuerdo con la idea de que la educación era el fundamento propiciador para el cambio en el ámbito social y la vida política y parlamentaria...
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