Resumen:
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La organización mundial de la salud (OMS) en su último informe difunde la necesidad de racionalizar la tasa de cesáreas. Aconsejan no superar cifras al 10%, sin embargo, en España, nos encontramos con una media de 24%, alcanzando cotas superiores dependiendo de la comunidad autónoma. Estas cifras son similares en el resto de territorio europeo, Estados Unidos y superiores en el continente sudamericano. Una de las prácticas clínicas que contribuyen al aumento de la tasa de cesáreas es la inducción del trabajo de parto. Sus indicaciones médicas tanto desde el punto de vista del bienestar fetal y materno hacen que sea imprescindible realizarla. Uno de los motivos que provocan una mayor indicación de inducciones por motivos médicos, en relación al resto de indicaciones de la inducción, es la gestación cronológicamente prolongada (GCP). La GCP conlleva una serie de riesgos, por lo que las sociedades científicas internacionales y nacionales han llegado al consenso de finalizar la gestación mediante la inducción de trabajo de parto a la semana 41+3 días de gestación. No obstante, esto hace que el riesgo de cesárea aumente a través de la inducción, tanto por el proceso de inducción cómo por la GCP. Uno de los mecanismos que se realizan dentro de la inducción es la amniorrexis artificial. La amniorrexis artificial el mecanismo por el cual un profesional rompe la bolsa de las aguas de manera intencionada. Es un procedimiento que las matronas realizan de manera rutinaria en las inducciones de trabajo de parto, casi en el 100% de las pacientes. Es conocido como un buen mecanismo de inducción mecánico, ya que activa los diferentes mecanismos de parto y los acelera. No obstante, no es una técnica exenta de riesgos. Están descritos riesgos como son el sufrimiento fetal, la distocia de la posición fetal y el prolapso de cordón entre otros. Además, no existen protocolos que nos indiquen cual es mejor momento para realizarla dentro del proceso de inducción. En la actualidad en el proceso del parto normal, esta técnica se encuentra desaconsejada y todas las investigaciones acerca de ella coinciden en que el riesgo intrínseco a la técnica, se ve reducido en cuanto más se retrasa el momento de realizarla. Por tanto, han surgido diferentes investigaciones en el campo de las inducciones, con el fin de conocer cuál es el mejor momento para realizar la amniorrexis artificial dentro de este proceso y así poder disminuir las complicaciones. Existe poca bibliografía al respecto y controversia entre los autores. Por ello en esta investigación, se pretende conocer si la amniorrexis artificial tardía (AFT) funciona influye en el descenso de la tasa de cesáreas en las inducciones por gestaciones cronológicamente prolongadas...
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