Resumen:
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A escala mundial, la idea de la Unión Africana ya no es aséptica. En realidad cada quien se hace su idea de lo que podría ser la Unión Africana, su presente, su futuro, su verdad fáctica, sus posibilidades, etc. Una maraña de datos demoledores sobre África orientan en ese ejercicio. Tanto en la hemeroteca como en los medios de comunicación, la imagen del continente africano que sobresale es la de un lugar, repleto de Estados fallidos, asolado por la pobreza extrema y endémica, golpeado diariamente por guerras tremendas y otras calamidades de toda clase. Con razón o sin ella, la opinión pública se ha aferrado de manera tajante a esta imagen condenando de antemano cualquier obra o cualquier posibilidad de éxito que emana del continente. La Unión Africana no podía ser menos.Sin embargo, científica y académicamente, ¿deberíamos conformarnos y asumir sin más esa opinión pública? Si en las últimas décadas, se ha estado ensalzando la integración regional o nuevo regionalismo como el vehículo infalible que conduce al desarrollo, ¿no parece contradictorio que no pudiera servir a los países pobres o menos desarrollados, donde precisamente se necesita mayormente ese desarrollo?..
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