Resumen:
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En las últimas décadas ha adquirido especial relevancia, entre los jóvenes y adolescentes, el patrón de consumo intensivo de alcohol, el cual presenta alta prevalencia en la mayoría de los países occidentales. En la literatura anglosajona se denomina binge drinking (BD) y se caracteriza por la ingesta de grandes cantidades de alcohol en un corto periodo de tiempo, normalmente el fin de semana, que suele llevar a la embriaguez, y alternando períodos de abstinencia entre los episodios de consumo intensivo. El consumo intensivo de alcohol (CIA) parece resultar significativamente más dañino para el cerebro que su consumo regular, y mayores aún son las implicaciones al tratarse de población juvenil. El córtex prefrontal, soporte neuronal de los procesos ejecutivos y de los rasgos de personalidad, parece resultar especialmente afectado por el consumo de alcohol. Aspectos como la desinhibición o la impulsividad, plausiblemente mediado por la actividad neuronal en los circuitos prefrontales se han considerado como una consecuencia habitual del consumo de alcohol; sin embargo esta misma impulsividad puede representar un indicador de vulnerabilidad para la adicción al alcohol y otras sustancias. El objetivo general de este estudio es determinar las relaciones existentes entre el consumo intensivo de alcohol en jóvenes y su actividad prefrontal, estimada a partir de su rendimiento neuropsicológico y su perfil de personalidad. Los resultados obtenidos nos permiten establecer las siguientes conclusiones: Existen diferencias en el perfil de personalidad entre los jóvenes CIA y No CIA. El perfil de personalidad de los sujetos CIA permite explicar aspectos relacionados con el consumo de alcohol. De este perfil, el factor desinhibición es el que mejor explica estas conductas. El mayor consumo de alcohol se asocia con más errores atencionales y disminución de la velocidad de procesamiento, pero no con menor rendimiento en memoria de trabajo u otras funciones ejecutivas. Existe asociación entre el perfil de personalidad CIA y el rendimiento neuropsicológico. El perfil de personalidad predice en mayor grado que el rendimiento en las pruebas neuropsicológicas el consumo de alcohol al cabo de dos años. El mantenimiento del patrón CIA implica la persistencia de diferencias de rendimiento en tareas de control atencional y velocidad de procesamiento, sensibles al funcionamiento prefrontal.
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