Resumen:
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El cáncer colorrectal es uno de los tumores más prevalentes en la población mundial. En España supone el tercero más frecuente en ambos sexos, después del cáncer de mama y de próstata. En 2015, fue el tipo de cáncer más frecuentemente diagnosticado, con 41 441 nuevos casos. Se estima que el cáncer de recto representa un tercio de este número. Se han identificado factores de riesgo del cáncer colorrectal como la edad, dado que más del 90% de los casos se diagnostican después de los 50 años. Existen numerosos factores dietéticos, del estilo de vida y hereditarios implicados en el desarrollo del cáncer colorrectal. La obesidad es una de las principales causas evitables de desarrollo de tumores, especialmente cáncer colorrectal. En los estudios anatomopatológicos se observa que más del 95% son adenocarcinomas. El pronóstico de los pacientes con cáncer colorrectal depende fundamentalmente de la profundidad de la afectación transmural y de la extensión de la afectación ganglionar. La extensión a través de la pared intestinal y a los órganos vecinos se clasifica de acuerdo al sistema de estadificación TNM (del inglés: tumor, node, metastasis) del American Joint Committee on Cancer (AJCC) y Union International Cancer Control (UICC). Las principales vías de diseminación son hematógena, linfática, por contigüidad y peritoneal. Para la estadificación locorregional, la resonancia magnética nuclear es esencial, tiene una sensibilidad de 66-92% para determinar el estadio T y de 70-85% para detectar las adenopatías. La ecografía endorrectal es la prueba con mayor fiabilidad (95%) para valorar el grado de invasión de la pared rectal y está especialmente indicada para tumores precoces, pero es incapaz de detectar la presencia de ganglios fuera del radio de acción del transductor, como los ilíacos, mesentéricos, inguinales o retroperitoneales. A principios de la década de los 80, las tasas de recidivas locorregionales (RL) oscilaban entre cifras tan dispares como un 4 y un 50%. En 1982, Heald y col. introdujeron la escisión total del mesorrecto, cuya incorporación dentro de una técnica quirúrgica estandarizada significó un descenso de las cifras de RL en todas las Unidades de Coloproctología que la adoptaron, convirtiéndose en el gold standard de la cirugía del cáncer de recto. En 1986, Quirke demostró que la tasa de RL en el cáncer de recto aumentaba cuando el margen de resección circunferencial (MRC) estaba afecto, así como que disminuía la supervivencia global (SG) de estos pacientes. Tras la introducción de la escisión total del mesorrecto (ETM), valoración del MRC, y posteriormente, del tratamiento neoadyuvante, las recidivas disminuyeron drásticamente hasta situarse por debajo del 10% en la actualidad...
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